Cristina era una joven que desde pequeña asistía a la iglesia ya que sus padres desde su juventud eran cristianos. Los padres de Cristina se conocieron en la iglesia y contrajeron matrimonio en la iglesia. Pero Cristina veía la iglesia como un lugar que cada fin de semana acudía a ser actos religiosos. Ella sabia muy bien el protocolo y desarrollo de las actividades dentro de la iglesia.
Prácticamente parecía que ella era una verdadera Cristiana. Pero a pesar de todo ella nunca había tenido un verdadero arrepentimiento, pensaba que con asistir a la iglesia y no ofender a nadie ni hacer daño a nadie bastaba para que Dios estuviera agradado con su vida.
Los padres de Cristina habían tenido el cuidado de darle la mejor educación enviándola a colegios cristianos. Pero al llegar a la juventud ella debía iniciar sus estudios universitarios en una universidad sin fundamentos cristianos.
Cristina se vio rodeada de nuevas amistades que tenían pensamientos muy diferentes a sus creencias. Poco a poco ella se fue adaptando pero sus valores cristianos fueron perdiendo fundamento y cayo en los ofrecimientos de sus nuevas amistades, yendo a fiestas, ingiriendo bebidas alcohólicas, a tal punto que Cristiana era una más del grupo de jóvenes que llevaba su vida en experimentar cosas nuevas.
Los padres de Cristiana no tardaron en enterarse de la nueva vida que Cristiana había retomado y se sentían muy defraudados ya que a pesar de que ellos buscaban la manera que ella tuviera conciencia de las consecuencias de sus actos ella estaba obstinada en seguir su nueva vida.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.
Juan 15:5
En cierto día Cristina salió con sus amigas a escondidas de sus padres a una fiesta. De camino el vehículo donde las jóvenes se conducían tuvo un trágico accidente donde dos de las jóvenes que iban en la parte delantera del vehículo fallecieron. Cristiana iba en la parte trasera con otra joven. Ambas jóvenes sobrevivieron pero sus piernas sufrieron graves quebraduras por los hierros retorcidos y tuvieron que amputar.
A Cristiana le toco iniciar una nueva vida. De un momento a otro ella caía en fuertes depresiones al verse en una silla de ruedas. Varios jóvenes de la iglesia iniciaron a visitarla dando palabras de aliento y compartiendo su fe. Ella experimento el arrepentimiento de sus pecados y retomo su vida en la iglesia. Hoy en día Cristiana dirige un grupo de jóvenes que se enfoca en jóvenes con dependencia al alcoholismo y drogadicción. Ella les da testimonio de la misericordia que Dios tuvo nuevamente de ella a pesar de su alejamiento y les hace hincapié de las consecuencias que puede traer el buscar unas amistades que no contribuyen a ser mejor cristiano sino a alejarse de los caminos de Dios.
