La Biblia habla sobre las persecuciones venideras hacia el pueblo de Dios. Muchos cristianos han muerto en terribles condiciones a causa de predicar el evangelio de Jesús.
«Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución», 2 Timoteo 3:12.
Hoy en día se puede palpar con claridad el cumplimiento de estas profecías bíblicas a nivel mundial. Donde la ira y la religiosidad ha dejado un alto índice de muertos.
Debido a esto es necesario traer a memoria el gran galardón que tienen estos valientes hermanos que han sido agredidos y asesinados por no renegar de su fe en Jesús.
Les pertenece el reino de Dios
El Señor declara por medio de su palabra que todos aquellos que ha padecido persecuciones por causa de su nombre son herederos de su reino.
«Dios bendice a los que son perseguidos por hacer lo correcto, porque el reino del cielo les pertenece», Mateo 5:10.
Recibirán cien veces más
Se les ha sido reservado una gran cosecha a todos lo que lo han dejado todo para seguir a Cristo. Dios es justo y no se queda con nada, Él tiene presente todos los sacrificios que se han echo para la extensión de su reino.
«Les aseguro –respondió Jesús– que todo el que por mi causa y la del evangelio haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o terrenos, recibirá cien veces más ahora en este tiempo (casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y terrenos, aunque con persecuciones); y en la edad venidera, la vida eterna», Marcos 10:29-30.
Reinarán por mil años
Por cuanto padecieron y sufrieron en esta tierra Dios les premiará allá en el cielo porque tendrán el privilegio de reinar durante mil años juntamente con Cristo.
«Luego vi unos tronos, y en esos tronos estaban sentados los que habían sido asesinados por mantenerse fieles a la enseñanza de Jesús y al mensaje de Dios. Ellos no habían adorado al monstruo ni a su estatua, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en las manos. Ellos volvieron a vivir, y Dios les dio tronos para que gobernaran con el Mesías durante mil años», Apocalipsis 20:4.
Todo el que sigue a Cristo ha de sufrir penalidades. A Jesucristo lo golpearon, escupieron y mataron, del mismo modo el cristiano está padeciendo hoy en día.
Sin embargo las aflicciones que se viven en esta tierra, jamás serán comparables con las grandes bendiciones que Dios ha preparado para todos sus hijos.
«Estoy seguro de que los sufrimientos por los que ahora pasamos no son nada, si los comparamos con la gloriosa vida que Dios nos dará junto a él», Romanos 8:18.
El llamado es a no rendirse ni desmayar en la fe.
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