Las ruinas de los silos del puerto de Beirut, consideradas un símbolo de la explosión que hoy hace dos años causó más de 200 muertos y 6.500 heridos, volvieron a sufrir un colapso parcial en medio de la llegada de cientos de personas a la zona para conmemorar el aniversario de la tragedia.
Una nube de polvo se elevó de los restos de los graneros a la hora estipulada para que confluyesen frente a ellos tres marchas que demandaban justicia para las víctimas de la explosión y cuando varios participantes se encontraban ya en el área, según pudo constatar Efe.
Una de las protestas, que había partido poco antes de la sede de la Brigada de Bomberos en Karantina, cercana al puerto capitalino, se encontraba a apenas unos cientos de metros del lugar y continuó su rumbo impasible ante el derrumbe.
Las autoridades habían instruido a los ciudadanos a cubrirse con mascarillas y meterse en lugares cerrados de derrumbarse total o parcialmente los graneros, además de evacuar “inmediatamente” las zonas a un radio de 500 metros de los silos.
Los prolongados incendios que ha sufrido la estructura en las últimas tres semanas debido a la fermentación de restos de trigo almacenados allí antes de la tragedia ya provocaron otro derrumbe parcial en esos gigantescos almacenes el pasado domingo ante las críticas al Gobierno por su pasividad ante el fuego.
Según la versión oficial, echar agua favorecería el proceso de fermentación del grano al crear más humedad, mientras que tratar de retirar las 3.000 toneladas de trigo y maíz aún presentes en los silos sería demasiado peligroso para los equipos por la amenaza de derrumbe.
Los vestigios de los enormes graneros, que ayudaron a parapetar la parte oeste de Beirut de la onda expansiva, se han convertido en un recordatorio permanente del desastre, visible desde buena parte de la urbe y también en un símbolo de este por ser la única estructura que quedó parcialmente en pie en la zona cero.
El 31 de julio, el bloque norte de los silos colapsó sonando como una explosión, levantando una espesa polvareda gris que envolvió la emblemática estructura y el puerto junto a una zona residencial. No estaba claro si había heridos.
Assaad Haddad, director general del silo del puerto, dijo a AP que “todo está bajo control”, pero que la situación aún no se había remitido. Minutos más tarde, la polvareda disminuyó y volvió la calma.
Sin embargo, Youssef Mallah, del departamento de Defensa Civil, dijo que otras partes del bloque norte de los silos estaban en peligro y que otras secciones de la gigantesca ruina podrían derrumbarse. Estos fueron los acontecimientos que se dieron en el día de hoy.
Los gigantescos silos, de 50 años y 48 metros de altura, habían resistido la fuerza de la explosión de hace dos años, protegiendo eficazmente la parte occidental de Beirut de la tragedia que mató a más de 200 personas, hirió a más de 6.000 y dañó gravemente vecindarios enteros.
Infobae con información de EFE y AP