La fuente de la verdadera sabiduría

La fuente de la verdadera sabiduría

“David… fue a Ramá para ver a Samuel… Entonces Samuel llevó a David a vivir con él…”, 1º Samuel 19:18 (NTV).

David se asoció con el profeta Samuel, manifestando sabiduría espiritual al escoger su círculo íntimo y esa sabiduría provenía de su comunión con Dios en el desierto, mientras cuidaba las ovejas de su padre. David aprendió a lidiar con la soledad y fue a través de ella que se acercó a Dios. Como no tenía con quién hablar, hablaba con Dios. ¡Y Dios hablaba con él! David aprendió a depender de Dios y por eso Dios lo escogió. Qué gran contraste con Saúl que nunca habló con Dios, nunca se preocupó por el arca y muchos menos por los consejos del profeta Samuel. ¿Estás solo? ¿Te sientes solo? Ánimo, tienes la misma oportunidad que David: convertirte en amigo de Dios. Si lo haces, al igual que David, Dios te tendrá en cuenta para sus más elevados propósitos. Recuérdalo siempre: ¡si aprendes a depender de Dios tendrás la oportunidad de servir al Señor en la unción de su Espíritu!
David, en la escuela del profeta Samuel, aprendió que nada puede reemplazar la comunión con Dios. Y mientras estaba allí Saúl se enteró de su paradero. Supo que estaba en Ramá y “envió tropas para capturarlo”, 1º Samuel 19:20 (NTV). Pero “cuando llegaron… el Espíritu de Dios vino sobre… ellos… y comenzaron a profetizar”, 1º Samuel 19:20 (NTV). Cada nueva compañía de soldados que Saúl enviaba terminaba profetizando, 1º Samuel 19:20-21. Finalmente el mismo Saúl quiso ver lo que sucedía y cuando llegó él también “se puso a profetizar… y estuvo así todo el día y toda la noche…”, 1º Samuel 19:24 (BDA2010). Lo realmente llamativo es lo que pasó después. Todos, hasta el mismo Saúl terminaron alejándose de Él, a pesar de haber vivido una extraordinaria experiencia espiritual.
Ver o experimentar milagros, tener una o varias experiencias sobrenaturales con Dios no es suficiente para llegar al cielo. ¡Necesitamos cultivar una relación íntima y personal con Él todos los días de nuestra vida! No se trata de un encuentro con Dios sino de una vida de encuentros con Dios. Saúl tuvo una experiencia con Dios única: 24 horas de adoración en el Espíritu, pero terminó practicando el espiritismo y tocando las puertas del infierno, 1º Crónicas 10:13. Es posible ver milagros, vivir rodeados de milagros e incluso hacer milagros y terminar en el infierno, Mateo 7:21-23. Por eso Jesús nos da la clave: permanecer unido a Él, creciendo en intimidad con Él porque “El que no permanece unido a mí, es arrojado… al fuego para ser quemado”, Juan 15:6 (BDA2010). ¡Busca la presencia del Señor! ¡Ve más profundo en tu comunión con Dios!

Extraído de: Un nuevo año, una nueva vida, una nueva oportunidad – Encuentros diarios con el Espíritu Santo / José Luis y Silvia Cinalli. Lo puedes adquirir en www.libreriadelaciudad.com