Fe sincera

Fe sincera

“Jesús, lleno del Espíritu Santo…fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo…”, Lucas 4:1-4.

Se nos dice que Jesús fue guiado por el Espíritu. ¿Y a dónde fue conducido? ¡A la tentación! Antes de iniciar su ministerio y al final del mismo, el diablo estuvo presente, Lucas 4:1-13 y 22:3. Al estudiar estos pasajes comprendemos que el diablo estuvo el día en que Jesús se bautizó, porque utilizó la declaración hecha por Dios el Padre para tentarlo. El diablo observa los movimientos de cada cristiano. Se constituye en un espectador indeseado de los eventos espiritualmente importantes de cada creyente.
Al principio de la humanidad Adán fue tentado a dudar de Dios, Génesis 3:1. Luego, el segundo Adán, Jesucristo, también fue tentado a desconfiar de la bondad del Padre (Lucas 4:3,9). El tentador hizo un gran esfuerzo por destruir la confianza del Hijo en la voluntad y el poder de su Padre. Lo que el diablo buscaba era que Jesús desconfiara y tomara el asunto en sus propias manos. La respuesta de Jesús evidenciaba que aunque tenía hambre seguía creyendo que Dios estaba en control de su vida. Si Dios lo había guiado al desierto, Dios lo sustentaría y, de hecho, eso ocurrió inmediatamente después de la tentación de Satanás (Mateo 4:11).
Es hora de entender que los grandes privilegios no otorgan inmunidad frente a la tentación. El hecho de que hayas sido comisionado por Dios para una tarea específica no te exonera de los ataques satánicos.
El diablo quiere que desconfíes de Dios, por eso promueve tus dudas. ¿Qué es la duda? Os Guinness dijo que la mayoría de las personas creen que la duda es lo opuesto a la fe, pero no es así. Lo opuesto a la fe es la falta de fe. Duda viene de una palabra que significa dos. Creer es aceptar algo como cierto; no creer es rechazarlo. Dudar es ondear entre ambas formas de pensar. Es creer y no creer a la vez. Cuando dudamos, somos indecisos o ambivalentes sobre alguna cuestión. No hemos llegado al grado de no creer, pero estamos en el aire respecto a algunas preguntas y preocupaciones. Kart Barth lo expresó de esta manera: “Dudar no significa negar o contradecir. La duda solo significa balancearse y tambalearse entre el sí y el no”. Desgraciadamente una gran cantidad de cristianos creen en lo que dudan y dudan de lo que creen.
¡Que hoy sea el día en el que renunciando a toda duda te eleves en una fe sencilla que confía su futuro en las manos de un Dios bueno que nunca cambia! Clama por una fe sincera.


Extraído de Una vida de intimidad con Dios : libro devocional de 365 días / José Luis y Silvia de Cinalli. Lo puedes adquirir en www.libreriadelaciudad.com
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