Una vida de intimidad con Dios: Day 353 • Devotional
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Escrito está
“No le den ninguna oportunidad al diablo para que los derrote”, Efesios 4:27, PDT.
El mejor modo de hacer frente a las preguntas y sugerencias maliciosas de Satanás es rechazándolas de plano. Si las admitimos, aunque sea por un momento, perderemos. Él procurará por todos los medios despertar una duda en nuestro corazón acerca de Dios. Y detrás de la duda se esconde la incredulidad. La persona que vacila en su lealtad a Dios le da ventajas al enemigo. No te apartes de tu posición de dependencia absoluta de Dios y de sumisión absoluta a su Palabra. De lo contrario, al igual que Adán y Eva, te entregarás al dominio de Satanás y te prestarás para que ejecute sus maléficos planes.
“Escrito está”, fue el arma con que Jesús se defendió de cada ataque diabólico. Él nunca se apartó de las Escrituras. Usó la Palabra para contrarrestar la tentación. El conocimiento de la Palabra de Dios nos da el poder para desbaratar toda maquinación del enemigo. La Palabra de Dios debe morar en nuestro corazón y dominar por completo nuestra conciencia. Procura conocerla y estudiarla; no la descuides ni la olvides. Jesús pudo resistir al diablo valiéndose de la Palabra porque era su costumbre alimentarse con ella. Dudar de la Palabra escrita por el Espíritu Santo es lo mismo que blasfemar su nombre. No reemplaces nunca la Palabra de Dios por un libro cristiano o una canción de adoración. Todo esto es válido pero sin descuidar las Escrituras.
¿Cuál es el capítulo más corto de toda la Biblia? El Salmo 117. ¿Cuál es el capítulo más largo? El Salmo 119. ¿Cuál es el capítulo central de la Biblia? El Salmo 118. Ahora bien, hay 594 capítulos antes del Salmo 118; también 594 capítulos después del Salmo 118. Si sumas estos dos números totalizan 1188. ¿Cuál es el versículo que está en el centro de la Biblia? El versículo 8 del Salmo 118. ¿Y qué dice este versículo? La próxima vez que alguien te diga que desea conocer la voluntad de Dios para su vida y que desea estar en el centro de Su voluntad, refiérele al centro de su Palabra: “Mejor es poner tu confianza en el Señor tu Dios que confiar en los hombres”, Salmo 118:8.
“Amado Señor, vengo a tu presencia para renunciar a toda pereza espiritual. Te pido perdón por no leer tu Palabra como debería hacerlo. Declaro que permaneceré en obediencia, aprendiendo a batallar contra las artimañas del diablo y a mantenerme firme en la fe. Permite que tu verdad sature mis pensamientos y acciones. En Jesús. Amén”.
