La Pulga abrió el marcador de penal en el arranque del primer tiempo, pero luego no pudo evitar la caída 2-1 en el debut y sufrió el desgaste físico.
Cada vez que lo derriba algún rival y se lleva la mano a la pierna, millones de hinchas cruzan los dedos para que no sea nada. Lionel Messi hoy sufrió el rigor de los marcadores de Arabia Saudita y se marchó del Estadio Lusail con el ceño fruncido tras la derrota 2-1 de la Selección Argentina en el debut en el Mundial Qatar 2022. Pero su gesto de molestia nada tiene que ver con un problema físico.
La bronca de Leo es por haber dejado escapar un partido que parecía encaminado desde el primer silbatazo. Antes de los diez minutos, el equipo de Lionel Scaloni se adelantó en el marcador gracias a un penal convertido por él. Sin embargo, en una ráfaga de cinco minutos en el inicio del complemento, los saudíes dieron vuelta la historia y defendieron con garras y dientes la ventaja mínima.
El capitán albiceleste tuvo un par de situaciones para igualar el trámite, pero estrelló sus ilusiones en la zaga central adversaria y en los guantes de Mohammed Al-Owais.
Ya en el cierre del encuentro se lo notó agotado y con algún ritmo menos a la hora de trasladarse en el verde césped, aunque ese desgaste no se asocia a un inconveniente muscular.
Cercanos a Messi remarcan que no tiene comprometido su tobillo derecho, que ayer puso en alerta a varios simpatizantes tras una imagen viralizada en las redes sociales. El N°10 solamente terminó cargado por los 90 minutos más adición y sin ninguna dolencia puntual.
Este miércoles, al igual que el resto de sus compañeros, entrena en el campo de la Universidad de Qatar con vistas al choque frente a México del sábado y buscará pasar de página rápidamente en esta cita máxima, posiblemente la última de su carrera.