Por Arnold Enns
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta” Filipenses 3:13-14
¡Dios quiere que sea inconformista! Es decir que nunca nos demos por vencidos o que creamos que ya lo logramos. Para esto necesitamos trabajar con metas y de esta manera lograr los propósitos de Dios en nuestra vida.
Cuando no establecemos metas nuestra vida es como el flujo de un río que no se puede controlar. La dirección es incierta y no puedes decir hacia dónde te diriges y no sabes como llegaste. Por ello necesitamos ponernos metas.
Metas fortalecen mi vida espiritual: Dios tiene metas para el universo, para la historia, y para la eternidad. Igualmente, Dios quiere que trabajemos con metas. En Lucas 14:28-30 dice “No comiences algo sin calcular el costo…para que no digan ¡Ahí está el que comenzó un edificio y no pudo terminarlo!”. Si pongo y logro metas mi testimonio tendrá más credibilidad.
Metas forman mi carácter: Dios está más interesado en tu carácter que en tus logros. En Filipenses 3:12 “sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo”. El seguir adelante requiere trabajo y mientras yo trabajo en la meta, Dios está formando mí carácter.
Metas son declaraciones de fe: Las metas estiran tu fe y cuanto más grande sea tu meta, más se estirará tu fe y esto agrada a Dios. Si no tienes metas, no necesitas fe. Y si no necesitas fe, la Biblia dice que es imposible agradar a Dios. En Mateo 9:29 dice “Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho”. No pasa nada en tu vida hasta que empiezas a soñar en fe colocando metas.
Metas tienen recompensas: Si tienes metas también serás recompensado aquí en la tierra por la gente y Dios te recompensará en el cielo. En Proverbios 11:27 dice “El que hace el bien se gana el respeto de los demás”. Si tus metas son buenas, serás respetado. Pero la verdadera recompensa por establecer metas llegará en la eternidad.